martes, 19 de enero de 2016

Al otro lado del Reloj

     ¡El reloj suena y lo atiendo, al otro lado de la llamada hay alguien que sí esta despierto. Estoy yo, anoche, antes de dormirme. A través del reloj me maldigo por haber cometido la idiotez de intentar despertarme tan temprano. ¡Qué me habré creído?!  ¡Acaso pienso que soy el dueño de mi vida futura?!  Acaso pienso que mañana no tendré derecho a mandarme al diablo y seguir durmiendo?

!Oye tú, al otro lado del reloj! escucha esto: ¡¡Me paro cuando me da la gana!! Ningún borracho que llega a las tres de la mañana puede obligarme a pararme a las seis. Me importa lo mismo que un millón de lombrices, lo que tú tengas que hacer hoy.  ¡Y  te agradezco que me prestes atención cuando te estoy hablando!


El que estaba al otro lado me ha dejado hablando solo y se ha dormido. Parece que no me presta la más mínima atención. De este lado, me decido a colgar el reloj. Colérico me maldigo de nuevo y, cargado aun de sueño, pongo mi primer pie fuera de la cama, mientras me repito, como cada mañana, que estoy demasiado enojado para seguir durmiendo.

                                 Un tal Gabriel

Un texto por Gabriel Campos

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