Podría resumir la vida en claridad y ceguera.
Y decir que las personas que nos llegan
son apenas luces o sombras.
La cuestión es que
esas luces casi
siempre se apagan de pronto.
Y lo hacen de la
misma inesperada
y sorpresiva
forma en que se prenden.
La diferencia está
en que en uno de los casos
nos dejan ciegos
con su brillo,
y en el otro nos
dejan ciegos con la oscuridad.
-Un tal Gabriel
un texto por Gabriel Campos
© todos los derechos reservados
-Un tal Gabriel
un texto por Gabriel Campos
© todos los derechos reservados
No hay comentarios.:
Publicar un comentario